La calle principal de una capital de provincias. Una mano se posa en hombro ajeno y alguien detiene su paso.

«¡Elena! ¡Qué sorpresa! Pero mírate, si es que estás igualiiita, igualita que hace 15 años…»

(Treinta cambios de horario, cuatro trabajos, dos despidos, un amor, siete amantes, dos abortos – uno escogido y otro no -, un padre muerto, seis dietas fallidas, una operación de rodilla, cuatro mudanzas, diecisiete multas de tráfico, una depresión diagnosticada, dos terapias inacabadas, casi un premio de poesía (pero no…), nueve jetlags, ocho intentos de tarta quemadas en el horno, doce crisis de asma y ciento veinticuatro instantes de felicidad)

«¿Tú crees?» – responde intentando sonreír.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *