1 de mayo: Día del trabajo
Y a partir de aquí empiezan las palabras asociadas de manera tradicional a esta jornada: derechos laborales, trabajadores y trabajadoras (porque se nombran ambas palabras, pero el orden sigue siendo el mismo), sindicatos, manifestación… y economía, mucha economía.
Y me pregunto por otros trabajos y «economías» cuyas condiciones no suelen llevarse en las cabeceras de esas manifestaciones del 1 de mayo ni leerse en las pancartas de los sindicatos. Me resuenan las palabras de Rita Laura Segato hace unos meses durante un encuentro en Madrid dentro de las jornadas de «Violencia, comunidad y estado en el siglo XXI» donde recordaba:
«Miremos las otras formas de hacer política, la de los lazos, el arraigo. El mayor enemigo del capital es el arraigo, que es algo muy nuestro, es una manera de las mujeres.»
Busco en las cabeceras de esas pancartas que hoy se despliegan por las calles de ciudades y pueblos y no encuentro lo que busco… Hay trabajos que mantienen la economía del mundo. La mayoría de ellos no están remunerados y ni siquiera están reconocidos como «trabajos», no se les concede esa categoría. Y sin embargo, son la base de la vida.
Hoy, que es el día del trabajo, imagino en orden de importancia qué trabajos de todos aquellos que desempeñan a mi alrededor las personas que conozco, son imprescindibles para la vida.
Y lo tengo claro: la mayoría los realizan las mujeres, casi ninguno está remunerado.